Mientras que el PIB mundial es de 70 billones de dólares, el mercado de obligaciones es de 95.000 billones de dólares (más de 1.000 veces más), las bolsas “valen” 50.000 billones de dólares (casi 1.000 veces más) y los derivados “valen” 466.000 billones de dólares (más de 6.500 veces). Una situación insostenible. Lo que hay detrás de las cifras de obligaciones, valores de bolsa y derivados es un capital especulativo que es varios miles de veces superior a la economía real. Ante esta masa de capitales, la tasa de beneficio tiende a cero de forma imparable, pues los beneficios salen -a fin de cuentas- de la economía real. El sistema capitalista va hacia el colapso. Cada 2,4 horas se mueve un monto de dinero en el mundo ¡equivalente a todo el PIB de un año!.

Una forma de fondo especulativo son los Hedge Funds. El 60% de ellos están en paraísos fiscales, lo que quiere decir que no tienen control de gobierno alguno. En los paraísos fiscales está la mitad de las reservas mundiales de dinero. “Las Islas Cayman, la Ciudad de Londres, las islas del Caribe, Suiza, Luxemburgo, la estadounidense Delaware, EE.UU., Singapur o la isla de Jersey” (1) son la sede de los paraísos fiscales más importantes. Casi todos estos fondos se gestionan desde los EEUU (un 80%) y Londres (un 20%). Los hedge funds son los grandes responsables de la burbuja inmobiliaria y, en la actualidad, de la especulación sobre la deuda pública de los países europeos.

Además de los hedge funds, el resto de fondos de inversión tiene nombre y apellidos: fondos de pensiones, fondos mutualistas, fondos de seguros, fondos de riqueza soberana, fondos de capital privado, fondos negociables en el mercado y fondos de grandes patrimonios. Estos fondos están controlados por entidades financieras, que también tienen nombre y apellidos: Axa, Blackrock, Deutsche Bank, JP Morgan, Goldman Sachs, BNO Paribas, ING. Un 50% se controla desde entidades norteamericanas. Los fondos de pensiones y los de capitales privados suman más de la mitad del total. Pero los más especulativos son los hedge funds, pues no están sujetos a control ni legislación alguna. El total de todos estos fondos asciende a 119 billones de dólares, lo que equivale a casi el doble del PIB mundial. (fuente de estos datos: Alejandro Quesada, Los enemigos de la democracia en cifras)

¿Cómo se monta un ataque especulativo? Veamos el caso reciente de julio de 2011 en Italia, la tercera economía europea y la séptima mundial: los fondos de los paraísos fiscales comienzan vendiendo valores italianos (títulos, bonos, acciones) en grandes cantidades, las agencias de calificación rebajan la nota de la deuda pública del país y desde Wall Street y la banca norteamericana se realiza una fuga de capitales a gran escala. Consecuencia: Italia ha de vender su deuda pública más cara -proporcionando ingentes beneficios a los especuladores- y rendirse a lo que le ordenen desde el FMI y la UE -recortes sociales, etc.- para garantizar el pago de esos beneficios.

La estructura del Banco Central Europeo facilita la especulación. En efecto, el BCE puede prestar a bancos privados a un interés del 1%, pero no puede hacerlo a los Estados, que han de recurrir a las entidades privadas a través de deuda pública a unos intereses mucho más altos. De esta forma, los bancos privados pueden recoger préstamos del BCE a bajo interés y comprar deuda pública a intereses mucho más altos.

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